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Día de Reflexión Nacional

Estas líneas las escribo el día 17 de julio de 2020, fecha que fue decreta por el Presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, como “Día de la Reflexión Nacional” a raíz de haber alcanzado los mil (1,000) fallecidos como consecuencia de la pandemia de Covid-19. Ciertamente, la cifra de fallecidos y la cantidad diaria de contagios nos debe llamar a meditar y pensar sobre esta enfermedad, pero no deja de ser menos cierto que, reflexionar sólo sobre este tema sería, poder decir lo menos, raspar únicamente la superficie, sin profundizar en muchos otros temas, vitales para la supervivencia de un país.

Para entender mejor la importancia del día de hoy, veamos qué significa reflexionar (de dónde viene la acción de reflexión): “pensar atenta y detenidamente sobre algo”. Como ven, el acto de reflexionar, por definición, no es algo que se deba hacer a la ligera y para que sea efectivo, se debe profundizar tanto como sea necesario para llegar a las verdaderas raíces del tema que se plantea ¿y cuál es el tema que se plantea? Que en Panamá hay una crisis más profunda que la causada por este coronavirus… (y que tal vez no sea exclusividad de Panamá).

Ahora bien, no sé si el llamado del señor presidente, al cual respondo con mucho gusto, es tanto para las autoridades (encabezadas por él mismo) como para todas las personas que hacemos vida en este hermoso y maravilloso país, así que le daré el beneficio de la duda y asumiré que es un llamado a la reflexión tanto para el gobierno como para nosotros, los ciudadanos.
Entonces, considerando esto, me tomo el atrevimiento de sugerir, a ambas partes, algunos puntos en los cuales debemos pensar profunda y detalladamente: 

Para nosotros, los ciudadanos:

1.El Covid-19 no es un juego, es un virus con alta capacidad de contagio y que, ciertamente, mata alrededor del 5% de los infectados a nivel mundial. Es hora de tomar consciencia y ver que todos somos vulnerables al virus y que una vez infectados, nos convertimos en agentes de multiplicación y contagio, poniendo en riesgo a quienes nos rodean: familia, amigos, seres amados. 

2.Ya tendremos tiempo para más: entiendo que el encierro cansa o que todos queremos ver a nuestros seres queridos o, incluso, retomar a nuestras añoradas actividades deportivas (sólo Dios sabe cuánto extraño jugar softball) pero todo eso debe esperar. No es hora de fiestas, no es momento para celebraciones religiosas, jugar golf, hacer piscinadas o jugar a los gallos. 


3.Ahorrar, ahorrar y no malgastar: ¿tenemos dinero para fiestas, bebidas alcohólicas, apuestas ilegales, pero protestamos por bonos, bolsas de comida o ayuda financiera? Creo que necesitamos reflexionar en esto también.

4.Elegir mejor: si bien la culpa de Covid-19 no es achacable a los gobiernos, menos al nuestro, lo que sí es absoluta responsabilidad de los gobernantes es luchar contra esta pandemia y hacerlo de forma eficiente, transparente y oportuna y esto sólo puede hacerse si como ciudadanos elegimos funcionarios probos, honestos y capaces y no porque son simpáticos o porque prometen beneficios a cambio del voto (eso ya muestra sus intenciones corruptas). Si elegimos a quienes buscan tener nuestros votos por medio del clientelismo ¿podemos quejarnos después de sus actos de corrupción? Pensemos en ello.

Ahora, veamos aquellos aspectos en los cuales el gobierno debe reflexionar:

1.La crisis nos afecta a todos, así que todos debemos participar en la solución. Este no es momento para sectarismos partidistas, lejos de eso, es hora de llamar a las mentes más brillantes, sea cual sea su posición política/partidista.

2.La transparencia es la mayor virtud: los médicos, antes de entrar a operar a un paciente, se desinfectan y limpian de tal manera, que entran totalmente asépticos y esa pureza es vital para salvar la vida de los pacientes. Pues bien, esa “pureza” es necesaria en la administración de los recursos usados para enfrentar esta pandemia y mal puede la administración pura contaminar esta crisis con corrupción y vicios administrativos. Se debe limpiar la casa y, sobre todo, mantenerla limpia. 

3.Oigan al pueblo: el pueblo (o los ciudadanos) tienen muchas formas de hablar y en estos momentos está hablando. Es hora de escucharlo. Clama por ayuda, pero también por justicia, transparencia y rendición de cuentas. Dicen que tenemos dos orejas para poder oír más, entonces, escuchen al pueblo.