Agencia de Noticias Panamá

El Año que Viene - 2022

El año 2021 probó lo que veníamos proyectando: un año de rebote, con una inflación de menos del 3% y con un desempleo de dos cifras. Nuestra proyección del Producto Interno Bruto (PIB) está entre el 13% al 15%, la inflación oficial del año cerró en 2.5% y el desempleo al mes de octubre es del 11.3%. Nada mal para una economía que tuvo un decrecimiento del 18% en el año 2020, considerado uno de los peores del mundo, y luego de haber estado confinados en una de las más estrictas cuarentenas.

Ya hemos visto nuestra comparación con la crisis político-económica de Panamá que nos hizo decrecer algo más del 9% en 1988-89, y cómo Panamá rebotó de 1990 a 1994 a niveles interesantes de entre el 6% al 8% anuales durante este periodo y con una economía pobre, como la teníamos en ese momento, y aun así, Panamá logró, no sólo recuperarse, sino seguir adelante a pesar de todos los imposibles del momento.

Basado en lo anterior, es lo que nos permite hacer esta proyección de un crecimiento del PIB del 10%, una inflación de menos del 3% y un desempleo de menos del 10%. Los números del final del 2021 nos muestran una tendencia clara que nos lleva a esa proyección.

Veamos primero el entorno de la economía. El Covid sigue arreciando con la variante OMICRON, pero la misma, a pesar de ser más contagiosa no es más letal. Esto afectaría la productividad de la gente, al caer más contagiados y entrar en una cuarentena, especialmente a los asalariados, y también si no te permite trabajar desde la casa por la severidad del contagio. Los expertos del mundo dicen que ya estamos en el pico del contagio, y que para finales del mes de enero del 2022 los contagios empezarán a bajar y, por ende, las afectaciones a la economía.

Esta última variante nos ha enseñado muchas cosas, desde el punto de vista de la salud, sin embargo lo más importante es que el estar vacunados y mantener el uso de la mascarilla nos permite seguir con nuestras vidas de la mejor forma posible. Pero al mismo tiempo, las empresas deben también aprender a vivir con el virus y con sus variantes, y las que puedan mantenerse en teletrabajo, mucho mejor, y si es imposible, entonces, hay que tener estructurados planes de acción para que el negocio subsista aún a pesar de nuevas variantes. Esto será fundamental para mantener la economía andando normalmente.

Dicho lo anterior, hay que entender que la forma en que la gente va a trabajar de ahora en adelante no tiene nada que ver con lo que hacíamos en el 2019. Ya los milenials venían con su chip del teletrabajo, pero la pandemia nos puso el chip a todos. Esto no quiere decir que todos tienen la oportunidad de trabajar de esta forma, pero sí una gran cantidad de gente. En los países desarrollados, muchas empresas están preparadas para esto, mientras que en Latinoamérica no sólo no estamos preparados física o funcionalmente, sino que los dueños de las empresas no están preparados mentalmente para creer que si ellos no están viendo al empleado, el mismo es incapaz de hacer su trabajo. Esto puede resultar en su contra, especialmente si no se adecuan a las nuevas realidades del mercado.

Esto mismo incidirá en el desempleo, y las cifras que se van a reportar en el informe de desempleo. Veamos ejemplos: para Agosto del 2019, 604,000 personas o el 29.2% de la población económicamente activa se declaró como un trabajador por su cuenta. Este porcentaje era superior al promedio de las mediciones anteriores, desde el 2005, que estaba entre el 23% al 26% de la población activa. La medición de septiembre nos daba un 32.2% de la población económicamente activa, un 31% en Junio del 2021 y 30.2% en Octubre del 2021. Es muy probable que de ahora en adelante, el promedio esté por encima del 30% y esto no nos debe asustar. Por el contrario, es una realidad del mercado laboral, y veremos muchos más emprendedores de ahora en adelante.

Los independientes no son malos para la economía, ni siquiera los informales. Estos ciudadanos están desarrollando un trabajo, mueven la economía, y aunque no tributen y no pertenezcan a la Caja de Seguro Social (CSS), sus ingresos forman parte de la demanda, que es por donde la economía crece. Ya hemos hablado anteriormente de las formas en las cuales la Dirección General de Ingresos (DGI) y la CSS pueden hacer que estos informales empiecen a tributar impuestos y a contribuir al régimen de seguridad social.

Una de las claves del crecimiento del 2022 estará basado en atacar el desempleo para llevarlo a niveles más aceptables, y aunque es muy difícil que lleguemos al 7% prepandemia (o al mismo 5% que debe ser la meta de cualquier gobierno en Panamá), si es posible que lo pudiéramos llevar a menos del 10%, que representa un buen logro. Ahora, debemos recordar que los asalariados disminuirán y los independientes seguirán subiendo, cónsono con las nuevas tendencias del mercado donde el teletrabajo será el estándar.

Pero veamos cómo se están comportando los sectores más importantes de nuestra economía, y que es lo que esperamos de ellos para el 2022.

La minería seguirá creciendo a pasos agigantados convirtiéndose en el 10% del PIB, y luego de las negociaciones para la renovación del contrato con Cobre Panamá este sector podrá aportar una buena cantidad a los ingresos del Estado, pero no prevemos ningún cambio en el empleo – directo o indirecto. Sin embargo, su impacto en la economía de la provincia de Coclé es innegable, a pesar de que a nivel nacional no podamos ver lo mismo.

El sector comercio se va a recuperar. En el 2021, la Zona Libre de Colón (ZLC) sacó la cara, pero en el 2022 la venta retail es la que debe llevar el peso del crecimiento del sector más grande de la economía que va a terminar el 2021 con un 18% del PIB. Esto está siendo demostrado con los resultados del ITBMS del 2021 que muestran un crecimiento importante y que muestra que al final del 2021 estábamos al 81% del 2019.

El sector transporte también crecerá a un buen ritmo y se mantendrá con el 14% del PIB, basado en el crecimiento de la operación del Canal de Panamá, y los puertos, que siguen moviéndose a un buen ritmo, a pesar de los problemas de la cadena de suministros, especialmente con los productos procedentes de China a nivel mundial. Pero el movimiento de la ZLC sigue estando muy vigoroso lo que aporta mucho a este sector.

Aún cuando el sector construcción todavía está al 70% de la producción del año 2019, si podemos vemos algo de recuperación en el sector, y esta recuperación será también fundamental para el recobro de empleos necesarios y presenciales en la economía, tanto directos como indirectos. Pero este sector será uno de los pocos que se terminará de recuperar para el 2024 con cifras parecidas al 2019. Como he comentado anteriormente el sector debe enfocarse en la construcción de casas y apartamentos con precios menores de US$180,000, que son los que tienen demanda, y olvidarse de la construcción de los apartamentos de playa, las propiedades por encima de US$180,000, así como locales y oficinas, por lo menos hasta que la economía pueda recuperarse totalmente y que estos últimos tengan una mejor demanda.

En el sector de intermediación financiera, veremos también grandes avances, sobre todo después de haber pasado lo peor de la crisis financiera, y tomando las precauciones necesarias por la falta de empleo y de cierres de empresas. Para el 2022 veremos una mejor situación, que mejorará aún más por las reservas que se hicieron en el 2021. Valdría la pena plantearse la posibilidad de terminar de refinanciar a la inmensa mayoría de panameños que sufrieron los embates de la pandemia, pero que ya recobraron su nivel de ingresos del 2019.

Entre los otros sectores fuera del top 5 de la economía, que pueden contribuir con crecimiento y con su parte del PIB, nos encontramos con el sector Manufactura que a pesar de que acaba de salir del top 5 para darle paso al sector Minería, puede desarrollarse muy bien, especialmente en la agroindustria, y generar muchos empleos; el sector hoteles y restaurantes es otro sector que se va a recuperar en el 2022, especialmente si Panamá invierte en publicidad y seguimos siendo tomados en cuenta en las revistas especializadas de turismo y jubilados; el sector inmobiliario también se recupera así como la economía y los empleos mejoran de manera que se incremente la demanda para compra y alquiler de propiedades; y el último sector que imprime entusiasmo para el 2022 es el de la agricultura, que a pesar de que sigue siendo menos del 3% de la economía, su crecimiento sigue siendo robusto y su impacto en el empleo también es bueno, y que podría ser catalizador para contrarrestar la inflación, por un lado y para que se aumente la producción agroindustrial.

Tal y como sucedió en el 2021, el presupuesto de US$25,000 millones para el 2022 es excesivamente alto para los ingresos que el país podría recabar bajo las condiciones económicas actuales, lo cual crea un déficit innecesario, con consecuencias que pudieran ser negativas para el país en cuanto a riesgo se refiere. En vez de mantener un presupuesto balanceado para el 2021 y 2022 mientras que la crisis pasa, el gobierno decidió incrementar sus gastos ordinarios, y muy especialmente incrementando la planilla, haciendo todo lo contrario a lo que el sentido común nos dicta que era el reducir los gastos, especialmente los superfluos y los innecesarios y hasta las botellas.

Por lo anterior, la deuda de Panamá podría incrementarse por otros US$4,000 millones irremediablemente, un aumento que podría evitarse si el gobierno hubiese recortado los gastos de operación y mantenido el presupuesto del estado para el año 2022 bajo control. Las calificadoras de riesgo ya han hablado sobre este tema, e incluso tuvimos una rebaja en nuestra calificación de riesgo, pero que aún nos mantiene nuestros papeles comerciales con calificación de inversión. Pero de seguir con este aumento de deuda, atentando contra la razón Deuda/PIB, en vez de recuperar nuestro envidiado 40% que mantuvimos durante muchos años, estaríamos buscando un penoso 70% totalmente innecesario. Y este si seria un punto en contra de nuestra economía.

A pesar de que el gobierno ha cometido una serie de errores durante esta época de pandemia, uno de los pocos ministerios que ha trabajado consecuentemente por la reactivación económica es el MICI, específicamente en Comercio Exterior, donde se han hecho ingentes esfuerzos para la atracción de inversión extranjera y cuyo resultado nos llevaría a obtener unos US$4,000 millones en IDE, alrededor de un 65% de lo que se obtuvo en el 2019. Estas inversiones que busca captar el gobierno estarían encaminadas a incrementar la riqueza e incrementar el empleo, que son los objetivos de la administración Cortizo para recobrar el tamaño que la economía tenía en el 2019. Lo que sí queda como pendiente es que el gobierno pueda motivar a la empresa privada local a que invierta en el país para generar más riqueza y empleo.

Panamá seguirá creciendo y nos reencontraremos con los números del 2019 para el 2023, el año 2022 será bueno, macroeconómicamente hablando. Seguimos manteniendo las misma ventajas que teníamos antes de la pandemia, como nuestra excelente ubicación geográfica, nuestro clima, la economía basada en el US$ desde 1904, nuestras leyes fiscales en diferentes enclaves, y a pesar de varios temas que pululan en el país como por ejemplo la corrupción gubernamental, las listas grises y negras, y hasta la falta de liderazgo del ejecutivo, Panamá seguirá siendo la joya de la corona tanto en Centroamérica como en el resto de América Latina.