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La cutarra de Panamá sale a conquistar el mundo

(Ciudad de Panamá-ANPanamá) Un pie delicado de mujer, o uno tosco de campesino, da igual, la cutarra de cuero de vaca que viene calzando al panameño desde al menos 1519, ahora, con un acabado más fino y vistoso, se cuela entre las marcas renombradas y aborda aviones, mientras se busca tramitar su denominación de origen para evitar la temida piratería.

Nayleen Quintero, hija del popular compositor y violinista típico Celso Quintero, creó hace 5 años Santé Cutarras, una marca en homenaje al calzado típico que, refiere a ANPanamá la emprendedora, se sabe que es “una prenda con más de 500 años”, que hay registro del año  1519 de su confección, y una tradición que dice que nació en La Arena, en tierras del cacique Cutará o Antataura, de allí viene el nombre, pero hay otras versiones”, acotó.

Otra crónica de la Colonia dice que Antataura habitó en la cercana región conocida hoy como Parita, como la anterior historia, en tierras de la Península de Azuero, antes de la llegada de los españoles. Estos últimos introdujeron el ganado a la región y aprovecharon el cuero para confeccionar estas sandalias, que los nativos bautizaron con el nombre de cutarra.

Hace 5 años comenzó con un artesano de la provincia de Los Santos a innovar el calzado, pero “el plan no es reemplazarlas, sino curar la materia prima, agregar colores llamativos y venderlo en la capital, a turistas y para la exportación a personas que no usarían la autóctona porque es muy dura, a veces no tiene buen olor; es un nuevo mercado, pero lo hacen los mismos artesanos”, señaló la joven, quien abandonó una carrera profesional de ocho años para asumir el reto de crear su propio negocio.

Quintero indicó que actualmente trabaja con dos artesanos y que llegó a colocar sus creaciones en seis tiendas de hoteles y sitios turísticos,  pero “por la situación económica” de Panamá actualmente solo hay dos de esas tiendas abiertas.

Diablo Rosso, en el céntrico hotel Sortis, fue el primero que le abrió las puertas y este año fue invitada a Expo Trend Winter 2019, la mayor feria internacional del calzado que se celebra dos veces al año en Panamá, y el 14 de septiembre inaugurará su propio establecimiento con una fiesta folclórica “en donde voy a cantar”, adelanta con una gran sonrisa, en Selina Embassy, frente a la Plaza Herrera en el Casco Antiguo de la capital, aprovechando el Black Weekend.

La emprendedora no solo cantará, también ofrecerá comida tradicional y su plan es traer a los artesanos de Los Santos para hacer las cutarras en el pie de las personas y abrir un programa de capacitación a madres adolescentes para que sean artesanas.

Desde los 19 años trabajó con distribuidoras de productos internacionales, aprendiendo cómo las marcas globales se expanden en los mercados  y de allí se decidió a dar el salto a crear Santé Cutarras, inspirada en su papá folclorista, violinista y compositor, “es mi identidad, es folclore, es honrar a la patria”, señaló con seguridad.

Reconoció que “no fue fácil, tocar puertas de los artesanos, que no estaban dispuestos, el que me ayudó es Eylilin Hernández, de Las Palmitas de Las Tablas, aún sigue con nosotros, es el primero que tuvo la iniciativa de pintarlas, Santé Cutarras no reemplaza la cutarra autóctona” insistió.

“Al Festival de la Mejorana yo voy con las tradicionales, de cuero rústico, eso no va a pasar que se pierda lo autóctono, es para otro mercado, se vende en 50 dólares para el que la puede pagar”, añadió.

Por otro lado, indicó que “estamos averiguando como hacemos para sacar la denominación de origen, y que sea de Panamá y que no se pueda fabricar en ninguna otra parte del mundo, ni en China, ni en Colombia y eso es algo muy importante, defender que esto es muy tradicional panameño”.

Reiteró que es un asunto “muy delicado” y espera que la Dirección de Artesanías del flamante Ministerio de Cultura empiece a hacer la gestión, “así como la champaña solo se hace en Francia, asimismo que la cutarra solo se pueda hacer en Panamá”.

Es “para evitar la copia”, y detalló que la suela y las plantillas se usan de cuero de ganado panameño, pero las tiras y la almohadilla “viene de Colombia porque en Panamá no existe industria de tenería que termine el cuero en una fase que lo haga confortable, eso se perdió”, lamentó.

“Entonces si queremos levantar la economía local, vamos a ver cómo ayudar a darle tecnología a estas pocas tenerías que existen y para que ellas puedan terminar el cuero en Panamá y marcas como la mía  puedan comprar la materia prima local, lo que quiero es que toda la plata se quede aquí en Panamá, para que tenemos que mandar el dinero para afuera, pero si no hay disponibilidad se tienen que traer de afuera, como ocurre con la pollera, ojalá una empresa textil en Panamá exista y genere los hilos, eso sería lo máximo”, expresó la empresaria.

Nayleen añadió que “es un poco creer en nosotros mismos los panameños,  hay un comercio al que se le puede llegar”.