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Patria, son tantas cosas bellas

 

Días de sol, lluvia y angustias transcurren en Panamá en las vísperas de celebrar los 116 años de su surgimiento como república tras separarse de la Gran Colombia el 3 de noviembre de 1903, y 198 años de su independencia de la Corona Española el 28 de noviembre de 1821.

La desestabilización, paradójicamente, la causó un poder del Estado, el Legislativo, por su torpe manejo para analizar y discutir el que quizá sea el principal legado de este gobierno, una nueva Constitución Política que sustituya a la parchada y militaroide aprobada en 1972 y que el propio presidente Laurentino Cortizo, del Partido Revolucionario Democrático (PRD), ha dicho que “no quiere”.

El PRD nació bajó la protección de esa carta magna, tutelado desde los cuarteles de la entonces Guardia Nacional y por ello no hay que olvidar que fue su “brazo político” hasta que el 20 de diciembre de 1989 la invasión estadounidense puso fin a la dictadura que desde 1968 sojuzgaba el país.

Treinta años han pasado, casi, desde aquella intervención extranjera para acabar con el régimen del entonces general Manuel Antonio Noriega, ya fallecido, y en estas décadas ningún proyecto o intención de remover totalmente la Constitución del régimen militar prosperó, por ello es destacable que sea el propio PRD quien lo promueva apoyado en la sociedad civil organizada a través de la Concertación Nacional, aunque algunos miembros de ese partido parece que no entienden que los tiempos cambiaron, que el autoritarismo y el verticalismo a la hora de definir el nuevo pacto social ya no tienen cabida, y la juventud se lo está demostrando.

La pausa de las Fiestas Patrias puede dar un respiro a la agitación política de los últimos días, aunque algunos grupos quieren protestar durante los desfiles, porque ya ni las lluvias detienen a los manifestantes, ni que sea sábado o domingo, algo que la generación saliente no está tomando en cuenta, no se están fijando que los milennials son los que están en las calles en mayor proporción. “Somos más y no les tenemos miedo, ratas”, así los interpelan y desafían.

Y aunque no lo quieran admitir, están en su hora más baja con apenas 120 días en el poder, por eso los más enardecidos apedrearon y violaron la sede principal del PRD, y claro que es un delito atacar propiedad privada, pero la gente entiende que ese local se identifica con lo peor de la corrupción, la actual, de los diputados que no rinden cuentas, que usan las leyes para blindarse, por eso es fácil que los viejos, al ver como se reprimía a los que protestaban pacíficamente, rememoráramos aquellas  imágenes de fines de los años 80 del siglo pasado cuando las extintas Fuerzas de Defensa y sus “doberman” apaleaban a los manifestantes en la calle defendiendo a su aliados políticos del PRD. Por eso no hay que tomar a la ligera lo que se está formando.

Cortizo no la tiene fácil, tiene un PRD cuya cúpula no lo apoya abiertamente, diputados que le quieren meter goles, uno que preso en su domicilio por violación sexual pretende seguir cobrando su jugoso salario porque hace “teletrabajo”, y un aliado como el partido Molirena que no dice esta boca es mía.

Y los partidos de la oposición, cero liderazgo, la minoritaria fuerza independiente firme en rechazar las reformas y anunciando que hará campaña por el No en el referendo próximo, y el movimiento de protesta en la calle luce más anárquico que fomentado solo por los agitadores, que dice el presidente tiene chequeados y listados, lo cual pone más difícil la gestión de la crisis.

No queremos que se repita lo de Chile en Panamá, con o sin infiltrados del decadente socialismo del siglo XXI, pero las condiciones están, si no se atiende la demanda social, el caldo de cultivo está llegando al punto de ebullición. Recuerden, Patria son tantas cosas bellas.