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AIRBNB busca instalarse en Panamá con todas las de la ley

(Ciudad de Panamá-ANPanamá) La plataforma de origen estadounidense AIRBNB está en Panamá, opera en el interior del país, pero no en la capital por una extraña ley, no es supervisada por la Dirección General de Ingresos (DGI) porque legalmente no existe y tiene más de tres años intentando regularizarse para contribuir al desarrollo del turismo, aunque surge la esperanza de lograrlo en este gobierno.

Eso es en resumidas cuentas la situación de la empresa fundada en San Francisco (EE.UU.) en 2008 por dos jóvenes profesionales del diseño que idearon ofrecer hospedaje, WiFi y desayuno en su vivienda a visitantes foráneos para poder pagar la renta, de allí a esta parte, es un gigante que tiene 700 millones de usuarios en el planeta, incluyendo la comunista Cuba donde tiene 50.000 oferentes, pero no puede operar formalmente en Panamá, pese a que tiene 6.800 anfitriones registrados -5.000 de ellos en el interior- y que 90.000 turistas han tomado sus servicios generando ingresos a los dueños, que pagan un 3% de comisión a AIRBNB.

Los huéspedes que usan la plataforma pagan una comisión del 12 por ciento sobre el monto del arrendamiento. Tanto huéspedes como anfitriones son verificados y evaluados antes de autorizar la participación en este modelo de turismo.

El costarricense Carlos Muñoz, gerente de Políticas Públicas para Centroamérica y el Caribe de la firma digital estadounidense visitó Panamá para exponer  la iniciativa de la empresa  y logró que al menos el administrador de la Autoridad de Turismo de Panamá, Iván Eskildsen, lo escuchara, lo mismo gremios como la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (APEDE) y el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), según explicó a periodistas.

“Lo que buscamos es legitimizar AIRBNB en los varios mercados para que la comunidad nuestra de anfitriones se sientan seguros que están cumpliendo con la ley, de que el negocio esté todo sobre la mesa, que se está fiscalizando y de que está ayudando a construir país en el mercado que estamos visitando”, explicó Muñoz.

Desde su óptica, Eskildsen tiene buenas intenciones de solucionar la problemática, que pasaría por modificar la ley de incentivos al turismo.

Recordó que el próximo año la empresa tiene planificado salir a la bolsa en Estados Unidos y parte de ese trabajo es legitimizar el negocio y reducir el riesgo para los posibles accionistas, acotó.

De todos modos, en Panamá tiene inscritos 6.800 oferentes de hospedaje que en 2018 fueron usados por 90.000 huéspedes, el 67% de ellos entre 30 y 59 años y el 61% provenientes de Norteamérica, mientras que 30.000 panameños usaron AIRBNB en el mundo. Según sus estadísticas, un huésped bajo este modelo de negocio gasta 2,1 veces más durante su visita que un viajero tradicional, entre otras bondades que dinamizan la economía de la comunidad.

Bocas del Toro, Río Hato, Chiriquí, Playa Gorgona, son los principales destinos donde se ofrecen hospedajes bajo esta plataforma tecnológica, que sin embargo es “ilegal” en el distrito de Panamá por una ley de incentivos al turismo que prohíbe los alquileres de vivienda o habitaciones por menos de 45 días a particulares.

Esa es la ley que invocan los hoteleros que han calificado como una competencia desleal a los que ofrecen sus viviendas en alquiler de corto plazo, porque no pagan el 10 por ciento de impuestos a la ATP, como sí lo hacen los empresarios tradicionales del turismo.

Muñoz dijo que la empresa está dispuesta a encontrar una fórmula que permita cumplir con la ley, aplicar los impuestos por igual para todos –ellos y otras plataformas competidoras- y consideró que incluso se pude combinar la operación de AIRBNB con los hoteles para combinar destinos, incorporar nuevas locaciones que ofrecen una experiencia vivencial y donde no hay un hotel como tal. “La idea es ayudar a crecer el turismo en Panamá”, sentenció.

Como atractivos de este modelo de negocio mencionó que el 80 por ciento de los anfitriones en Panamá se han ganado una calificación de calidad de 5 estrellas, y dentro del país 30.000 panameños usaron esta plataforma para conocer otros destinos que sin esta alternativa no tendrían como pernoctar.

El pasado 10 de agosto, cuatro millones de personas usaron AIRBNB para hospedarse, un récord para la empresa, que en promedio a diario registra unos 3 millones de huéspedes, aseguró Muñoz, quien defendió el modelo de negocio como una fórmula de “democratización del turismo”.

Ahora, además de casas de hospedaje, ofrece “experiencias” a los turistas para que cualquier persona que tenga tiempo y un conocimiento especial o único se los pueda ofrecer y monetizarlo, como enseñar tango en Argentina, o cocinar un pollo en Jamaica con “la receta de la abuela”, o una ruta del tabaco en Cuba.

También, entre otros, tiene otro producto de alquiler de villas de lujo con un conserje virtual que lo atiende integralmente, y es usado por estrellas del cine, la música o la farándula.