Agencia de Noticias Panamá

Las vulnerabilidades de los chats preocupan a los empresarios en Panamá

(Ciudad de Panamá-ANPanamá) Antes del escándalo que se ha formado por los “Varelaleaks”, la firma de consultoría en riesgo tecnológico Riscco salió a preguntarle a 420 ejecutivos en Panamá sobre la realidad del manejo de información sensitiva de la empresa mediante chats, la sorpresa fue que menos de la mitad contestaron y el resto no lo hizo para “no comprometerse” por lo “sensitivo” del asunto.

El pequeño sondeo se aplicó entre el 22 y 23 de julio y solo recibió las respuestas de 117 participantes y, aunque científicamente no es representativo, los resultados llaman a la reflexión de cara a los estragos que la vulnerabilidad en las redes está causando a empresas y personajes públicos.

Que el 42% haya indicado que recordaba que compañeros compartieron temas confidenciales vía “chats” es preocupante, más aún, si el 69% confirmó que no existe o no recuerda que exista una política al respecto, precisaron las respuestas, a las que tuvo acceso ANPanamá.

El 87% admitió no conocer o recordar de la existencia de algún control para identificar cuándo se envíen “chats” confidenciales, tiende a angustiar, considera.

La firma advierte que “es muy posible que en ‘chats grupales’ existan temas confidenciales hoy día de su organización”, sin que los que la dirigen lo sepan y recuerda las consecuencias devastadoras de la filtración de mensajes sensitivo que vivió el entonces gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosello, que lo llevaron a renunciar el 24 de Julio.

De acuerdo con los expertos, es evidente el “abuso a todos los niveles, del uso de herramientas como Whatsapp y similares, para intercambiar asuntos confidenciales de la organización” y “la ausencia de una política o protocolo que instruya a los colaboradores sobre, en el contexto de la organización, qué se puede y qué no se puede enviar por ‘chats’.

Además, es poca o limitada la concienciación impartida a los colaboradores sobre las implicaciones que se filtren “chats” confidenciales y es “equivocada” la creencia de que herramientas como Whatsapp o Telegram “difícilmente pueden ser ‘hackeadas’” y peor cree que un miembro de la organización no puede filtrar comunicaciones confidenciales a terceros por resentimiento.

 Recomienda no tratar temas confidenciales por “chats” y, si es inevitable utilizarlo, debe definirse y comunicar la política y sanciones sobre su uso grupa para asuntos confidenciales de la organización. “Que la misma establezca las excepciones y condiciones cuando se puede hacer”, anota.

Además insta a educar con muchos ejemplos al personal y señala que se debe usar aplicaciones como Signal o similares, que borran automáticamente los mensajes una vez leídos, y habilitar la encriptación de datos almacenados y “si el smartphone que utiliza el colaborador es de la organización, solo para asuntos de la compañía, cada cierto tiempo revise el dispositivo para validar el cumplimiento de la política”.

El expresidente panameño Juan Carlos Varela (2014-2019) vive hoy su propio calvario porque admite que le sustrajeron la información de su teléfono móvil, la cual contiene numerosas conversaciones con personajes públicos y privados que, matiza, han sido tergiversadas y manipuladas, pero que no dejan de ser altamente sensitivas, al punto que llevaron a la procuradora de la Nación, Kenia Porcell, a renunciar.