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Panamá tiene un enorme desafío para levantar la calidad de la educación

(Ciudad de Panamá-ANPanamá) La “estrella” del gobierno del presidente Laurentino Cortizo es la educación y su objetivo es elevarla integralmente, una meta ambiciosa ante los últimos resultados de la prueba PISA 2018 que colocan al país entre los últimos en comprensión de lectura, ciencias y matemáticas y que plantean un desafío no solo a los educadores, sino a la familia y el Estado por las carencias manifiestas entre sus jóvenes de 15 años de edad, que fueron evaluados al igual que en otros 78 países.

La prueba es organizada cada tres años por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la de 2018 marcó el retorno de Panamá después de 10 años a este método de evaluación en el que quedó en comprensión de lectura en el puesto 71 (377 puntos), en ciencia 76 (365 puntos) y 77 (353 puntos) en matemáticas, entre 79 países.

El Ministerio de Educación de Panamá presentó este martes los resultados públicamente –aunque Ecuador y Paraguay lo hicieron en febrero pasado- simultáneamente con su exposición en París, horas antes, en la sede de la OCDE, y el país centroamericano solo supera ligeramente a Filipinas y República Dominicana.

Todos los países latinoamericanos, aún los que mejoraron como Perú y Colombia, quedaron por debajo del promedio de la OCDE (36 países) que fue de 488,33 puntos. Chile fue el país latinoamericano con mejores resultados en lectura –el énfasis en esta prueba-, ocupando el puesto 43 a nivel global, seguido de Uruguay y Costa Rica.

Lo mismo ocurrió en ciencias, en las que Chile volvió a encabezar la cohorte latinoamericana con el puesto 45 a nivel global, siempre seguido de Uruguay. El tercer latinoamericano en esta asignatura, sin embargo, fue México (57 global), con Costa Rica ocupando el puesto 60.

Uruguay fue por su parte el mejor país latinoamericano en matemáticas, ocupando el puesto 58 entre todos los 79 países evaluados. En esta asignatura los estudiantes charrúas obtuvieron un punto más que sus pares chilenos (puesto 59 global), con los mexicanos un poco más atrás (puesto 61).

La distancia con los mejores es actualmente abismal, porque China, que copó las tres evaluaciones desplazando a Singapur al segundo lugar, hizo 555 puntos en lectura, 590 puntos en ciencia y 591 puntos en matemáticas.

Alrededor de 600.000 estudiantes en 79 países y economías  completaron la prueba en 2018, representando a unos 32 millones de jóvenes de 15 años. Varios países participaron por primera vez: Bielorrusia, Bosnia y Herzegovina, Brunei Darussalam, Marruecos, Filipinas, Arabia Saudita y Ucrania.

Los resultados de PISA revelan lo que es posible en educación al mostrar lo que pueden hacer los estudiantes en los sistemas educativos de más alto rendimiento y mejora más rápida.  PISA mide la capacidad de los jóvenes de 15 años de usar sus conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas y ciencias para enfrentar desafíos de la vida real.

Según la organización, los problemas de comprensión lectora podrían limitar las oportunidades de las nuevas generaciones "en un mundo digital cada vez más volátil".

"Sin la educación adecuada, los jóvenes languidecerán al margen de la sociedad, incapaces de enfrentar los desafíos del futuro mundo del trabajo, y la desigualdad continuará aumentando", advirtió, sin embargo, el secretario general de la OCDE, el mexicano Ángel Gurría, al presentar el informe.

El Gobierno de Panamá instalado el pasado  de julio iniciará en 2020 el plan de mejora educativa desde los 0 a los 3 años, que son claves para el aprendizaje y estimulación piscomotriz, con una política agresiva e integral que incluso pretende prohibir que cualquier medida de austeridad gubernamental afecte estos programas de primera infancia, de acuerdo con la ministra de Desarrollo Social, Markova Concepción.

La ministra de Educación, Maruja Gorday, dijo que también se trabajará en comprensión de lectura con los niños de escuela primaria y los adolescentes para ir cerrando la brecha en conocimientos, aparte de un nuevo plan de estudio para atraer a los 140.000 panameños en edad escolar que están fuera del sistema.

Además, se establecerá un centro de investigación para que los docentes desarrollen sus iniciativas creativas y otro para acoger a los niños considerados superdotados para formarlos de acuerdo a sus necesidades, mientras que un programa de becas preparará a los de más altos índices para que continúen su formación en las mejores universidades del mundo.

A la par, el programa “Estudiar sin hambre” llevará la alimentación diaria para 300.000 estudiantes que actualmente carecen de ese apoyo nutricional, con el fin de evitar la deserción escolar.