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Cambio climático le pasa factura al Canal de Panamá, que cobrará por el agua a barcos

(Ciudad de Panamá-ANPanamá) La reducción en el régimen de lluvias sobre Panamá, por efectos del cambio climático, está detrás de la decisión de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) de aplicar a partir del próximo 15 de febrero un cargo por el uso de agua en los esclusajes, además de exigir una garantía para el tránsito y disminuir el número de reservaciones de 32 a 27.

El ministro de Asuntos del Canal y presidente de su junta directiva, Aristides Royo, explicó en rueda de prensa que “el canal tiene preocupaciones y van a ser expresadas por el administrador del Canal” (…), “se ha venido estudiando alternativas y culminando algunos estudios que se habían adelantado, lo adicional es el uso que se le está dando al agua, porque se suministra a 2,5 millones de panameños, el cambio climático es un fenómeno mundial, el mundo entero está muy consciente”, argumentó en su breve mensaje.

Las medidas las explicó este lunes el administrador del Canal, Ricaurte Vásquez, quien precisó que el cargo por uso de agua “queda establecido”, aunque variará según la disposición que haya del líquido, porque una porción será fija, de 10.000 dólares, y otra variable adicional dependiendo del tipo de barco, y la disposición de agua, y esa fracción oscilará entre 1 y 10 por ciento adicional.

Reconoció que a lo largo de su historia el canal “había subestimado” el costo del agua para la operación y aclaró que no es ninguna novedad porque este cargo se aplica en canales como el del río Rin en Alemania, o en el del San Lorenzo, en los Grandes Lagos de Norteamérica.

Además se establece el canon por tránsito, de 1.500 a 5.000 dólares, lo que permitirá tener “certeza” del número de barcos que pasarán por la ruta y advirtió que si un barco no lo hace perderá ese dinero. “Desaparecerá el registro fantasma”, afirmó el administrador.

En cuanto a la reducción del número de reservas para transitar primero en la fila, Vásquez no precisó si es una medida temporal o permanente, pero sostuvo que todas las disposiciones están en función del régimen de disposición de agua para la vía, aunque matizó que si los niveles de los lagos cayeran más allá de lo tolerable, se aplicará la restricción de calado, o sea los buques tendrán que pasar con menos carga.

El administrador admitió que esas disposiciones pueden provocar una disminución del  número de tránsitos por la ruta acuática –unos 14.000 al año como promedio- lo cual afectaría el aporte que el Canal paga al Estado panameño por cada barco que pasa, pero acotó que las otras medidas, “si se da el efecto esperado”, permitirán a la administración de la vía transferir los excedentes calculados en el presupuesto anual al Erario.

Detalló que en los meses de octubre y noviembre pasados la lluvia “fue 34 por ciento y 27 por ciento por debajo de su promedio histórico” sobre el lago Gatún, lo que permitió establecer que “no alcanzaría los niveles necesarios para la época seca” y es por eso que desde noviembre pasado se controla el uso del agua con llenado cruzado en las centenarias esclusas panamax y en las neopanamax, abiertas en 2016, se aplica las medidas de ahorro ya previstas por diseño con sus tinas de reciclaje del líquido.

El lago Gatun inició diciembre con 84,22 pies de profundidad, debajo de los 88 pies requeridos para operar sin restricciones en época seca, señaló.

El administrador detalló que se tiene previsto un plan operativo para la temporada seca, que habitualmente termina en mayo, y uno “extremo” si se retrasa hasta julio y recalcó que “lo más importante” es suministrarle el líquido a 2,5 millones de habitantes del país y ello está garantizado porque el embalse de Alhajuela está lleno para abastecer a la potabilizadora de Chilibre, la principal del país, y en el lago Gatún si hay nivel para que las tomas de agua de las otras potabilizadoras se abastezcan.

Vásquez aseguró que toda la información sobre los niveles del lago Gatún se publicará “en tiempo real” para que el naviero decida si pasa o no por la vía, cuánto le costaría, u optar por descargar en el Pacífico y volver a cargar en el Atlántico para pagar menos, “serán las fuerzas del mercado las que se usarán”, apostilló.

Adicionalmente señaló que la administración busca mantener “la confiabilidad de la ruta a largo plazo” por lo que en un término de 2 años y medio debe anunciar que proyectos se desarrollarán para lograr que la ruta acuática “dependa menos del régimen de lluvias para su operación”.

En ese sentido dijo que se han adelantado estudios y proyectos, como la compra del embalse Bayano, al este de la capital, cuya definición “está en manos del Ministerio de Economía y Finanzas” y opera la concesionaria de generación de energía estadounidense AES.

Otras alternativas para proveer agua para los esclusajes son la desalinización de agua de mar, la construcción de una represa en río Indio, al oeste de la ruta, “y se está reconsiderando la construcción de un embalse en el brazo del río Trinidad, dentro del área de nuestra responsabilidad, porque con la construcción de las nuevas esclusas neopanamax ahora tenemos más cerca material”, indicó, pues hace más de una década, cuando se esbozó ese proyecto, se había dejado de lado por los costos.

La clave, advirtió, es que la ACP tiene que tener control total del proveedor de agua, advirtió.

El Canal de Panamá, inaugurado en 1914 por Estados Unidos y transferido a Panamá el 31 de diciembre de 1999, atiende actualmente al 6 por ciento del comercio mundial.