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La Economía Naranja y la Ciudad de Piedra

La economía naranja, según Felipe Buitrago Restrepo, es el conjunto de actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales, cuyo valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual. El universo naranja está compuesto por: i) la Economía Cultural y las Industrias Creativas, en cuya intersección se encuentran las Industrias Culturales Convencionales; y ii) las áreas de soporte para la creatividad.

El pasado fin de semana se realizó en Panamá un evento que puede marcar el inicio de una economía naranja radicalmente diferente a los que veníamos viendo en el país. Se utilizó como marco, las ruinas de Panamá La Vieja, con 500 años de antigüedad para darle vida a un parque temático musical nunca antes visto en el país.

El espectáculo, una vez que entrabas al evento, veías la cantidad de gente que estaba involucrada en la creación de este, y podías ver el orgullo de los panameños en participar en el evento. Desde una planificación por las comidas y bebidas, donde había para todos los gustos, hasta una serie de actividades conexas al evento, que les daban a los asistentes diferentes opciones de participación.

Habían filas para realidad virtual, para fotos con los piratas, había un show de calle con el Pirata Morgan tomándose la Ciudad, actores con ropa de la época paseándose por todo el evento para que te transportaras a los 1500/1600’s, te podías vestir de la época, en fin el evento fue bastante completo.

Los eventos cumbres de La Ciudad de Piedra eran la obra con mapping, más cerca de la Torre, y un concierto en vivo con diferentes artistas nacionales. La verdad es que el evento movió actores, extras, músicos, y carritos de comidas y bebidas. El efecto en la economía fue increíble. Yo calculo no menos de 4,000 personas por día, que además de pagar su boleto de US$8.00, también tenían que incurrir en compras dentro del evento por no menos de US$10 por persona. Y estoy seguro que el evento movió mas de US$250,000 que estoy haciendo entrever con mis cálculos.

Sin embargo, la logística para los que compramos boletos para participar en el mismo no fue del todo buena. El evento fue “sold out” los 3 días, pero me pareció ver que siguieron vendiendo boletos en la entrada. La entrada al evento fue una locura. En vez de utilizar la entrada oficial del Patronato de Panamá La Vieja, y utilizar el carrito para llevar a los participantes en el evento, se utilizó la entrada por Villas del Rey/Puente del Rey. Esto o no se aviso o se aviso muy tímidamente, causando inconvenientes en gente que llegaban a la entrada principal y, o se montaba en su auto para ir a la entrada correcta, o se iban caminando por todo Panamá Viejo hasta llegar a la otra entrada. Por sentido común se debió utilizar la entrada que todos conocemos y, o dejar que la gente caminara a la Torre o que tomara el busito tipo Disney, pagando obviamente por el servicio.

Si el problema era de parking, entonces se pudo haber hecho otras cosas, como alquilar espacio, y luego movilizar a la gente con buses como se hace en las ferias que se efectúan en ATLAPA. Otro dato en logística que se puede mejorar es la repartición de las entradas al mapping, que se pudo hacer desde que se entraba al evento y no formando la fila dos veces, una para recibir el cintillo y la otra para entrar a la obra.

Falto seguridad en el evento. No se revisaron carteras, por lo que hubiese sido muy fácil para cualquiera con mala intención, el dañar un espectáculo de esta naturaleza. No podemos seguir pensando que en Panamá no va a pasar nada. Este fue un evento masivo y había que tener mejor seguridad.

Solo recuerdo el Disney que hizo la ACP durante unos fines de semana, llevando a los panameños a que vieran las nuevas esclusas de la ampliación. Había horas, había estacionamiento, había transporte interno, pero también habían filas largas que se movían bien rápido, todo bien ambientado, pero con una Logística impecable. Esto se puede repetir siempre. Cuesta lo mismo hacer las cosas bien y mal.

Esta idea debe mantenerse siempre. Es decir, seguir teniendo actores en Panamá La Vieja, que recreen lo que pasaba en la época, de manera que turistas y locales nos llevemos un mejor sabor de lo que pasaba en la época. Se cobra un poco más en la entrada, y le aseguro que la gente los pagaría sin problemas. ¡Tenemos que darle vida al sitio con gente!

Esto lo podemos hacer también en Casco Antiguo, en el Centro de Visitantes de Miraflores y Agua Clara, en Portobelo, en Fuerte San Lorenzo, todos estos lugares donde diariamente van turistas que se beneficiarían con espectáculos sencillos como estos. Ya los fines de semana se podría incluir algo de música para animar.

No nos podemos olvidar de darle vida a los museos. Por ejemplo, en el pasado se hizo una Noche en el Museo del Canal Interoceánico, la cual no se ha repetido. La historia no tiene que ser aburrida, y dándole vida a los museos podemos hacer que no solo los turistas la gocen, sino que todos lo panameños podrían tener acceso a esa cultura que tanto deseamos empujar hacia arriba. Y de la misma forma, seguimos con grandes avances en la economía naranja, sector que se ha venido desarrollando con el tiempo, y que cada vez toma mas auge, aún cuando todavía le falta llegar a toda la población.

También tenemos que incluir un sistema de Teatros mas grande, y que no solo sea en la ciudad de Panama, más pintores/artistas plásticos y espacios para que puedan mostrar sus obras y hasta venderlas, circos, y mucho más.

Si somos innovadores podemos meter la cultura en el pueblo, haciéndolo de una forma inteligente y que nos traiga beneficios a todos con la educación, la cultura y la economía.

La Economia Naranja puede convertirse en un generador de riquezas y empleo para el país, debido a la gran cantidad de personas involucradas en este sector de la economía. Desde hace unos años, Panamá ha ido cambiando en este sentido, y este es el momento de potenciar el sector. Y al potenciarlo radicalmente, con muy poca inversión del gobierno, podemos incrementar riquezas, y empleo, que tanto necesitamos en este momento.