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Punto para Cortizo

La tensión desatada por la flagrante fuga del pentacriminal dominicano Gilberto Ventura Ceballos, con complicidad policial, llegó al máximo nivel en el Palacio de Las Garzas y puso contra las cuerdas la estrategia de seguridad nacional por lo que la decisión del presidente Laurentino "Nito" Cortizo fue la adecuada al remover a los dos ministros más cuestionados desde que inició este año, Seguridad y Gobierno, cuya gestión se volvió un lastre. Así se hace a nivel político en cualquier país serio.

Ahora a la cabeza de Ventura le pusieron 50.000 dólares de precio, y su búsqueda, iniciada casi 24 horas después de conocerse su fuga de la Gran Joya el pasado lunes amparado por la oscuridad y la ayuda de tres policías, según el jefe de esa fuerza de seguridad, comisionado Jorge Miranda, se ha convertido en una cacería humana que involucra a todas las instituciones armadas, sin resultados positivos aún.

Pero la incompetencia achacada a Rolando Mirones y Carlos Romero, ahora exministros de Seguridad y Gobierno, se tiene que evaluar respecto al plan de gobierno actual, de acuerdo con lo que respondió Cortizo, de allí nace su decisión de empujar el relevo y poner al frente de Seguridad a un militar de carrera, el oficial naval Juan Pino, graduado en Venezuela a principios de los años 90 del siglo pasado.

Cortizo, al día siguiente de los relevos reunió a todos los comandantes de la Fuerza Pública con parte de sus tropas en una ceremonia para entregar motos a la Policía Nacional (PN), Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT), Servicio Nacional Aeronaval (SENAN) y Servicio de Protección Institucional (SPI) y confirmadoles el apoyo incondicional a los que tienen con la Patria.

El gobernante exige “cumplir el librito” del plan de gobierno en materia de seguridad “de manera integral” y “desde adentro”, por lo que se espera la depuración rápida de la Policía Nacional.

El dolor de cabeza de la seguridad se desbordó con la fuga de Ventura, pero ya venía en aumento desde la masacre de la Joyita, en la que semanas atrás murieron 15 reos de una misma banda y no se sancionó a ningún responsable de las altas autoridades, porque nadie sabía cómo había armas de guerra dentro del penal, acompañado por el aumento de actos criminales en las calles e incautaciones de drogas.

Ahora Cortizo está rodeado mayoritariamente de militares en la fuerza pública, pues el ministro Pino es oficial naval, el jefe del SENAN, Ramón López es aviador especialista en armas, el del  SPI, Julio César Jean Louis Garrido, es especialista militar en Guardia Nacional, los tres graduados en Venezuela entre 1990 y 1991, mientras que el del SENAFRONT, Oriel Ortega, es de las fuerzas especiales graduado en Colombia en 1988.

El único policía civil de carrera es Jorge Miranda, también graduado en Venezuela en 1990 y especialista en inteligencia, quien comanda 20.000 efectivos. El SENAFRONT tiene 6.100, el SENAN 3.200 y el SPI 1.700. Desde 1994 Panamá proscribió las fuerzas armadas.

“Le devolveremos la paz y la seguridad a la familia panameña, atacando el problema de manera integral mediante la prevención, la represión y la resocialización. Habrán más policías en los barrios y comunidades.”, prometió Cortizo en su Plan de Acción en plena campaña electoral.

Solo en materia policial Nito Cortizo ofreció, entre otras cosas, “para anticipar los delitos y apoyar emergencias de manera efectiva, se creará el Centro Integral Táctico de Atención Inmediata (CITAI) para un rápido despliegue de las fuerzas” y “para anticipar la acción criminal se fortalecerán las capacidades de inteligencia policial y tecnología”.

No obstante, la ciudadanía está impaciente a siete meses de gobierno, la percepción es que hay más actos criminales, no hay certeza de castigo y la Fuerza Pública no está a la altura del desafío, por eso se clama desde varios sectores por una “mano dura” contra el crimen organizado, pero también es necesario que la ciudadanía se sume al combate de esta lacra, que denuncie, contando con la protección debida, y deje la indiferencia.

El gobernante tiene como meta hacer de la educación “la estrella” de su mandato, pero la realidad es que, sin seguridad ciudadana, difícilmente podrá avanzar en ese sentido.