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Panamá, una apuesta por la resiliencia

Muchos tienen temor, es lógico, otros irracionalmente quieren acapararlo todo como si la falta de bienestar de su entorno no pudiese hacer inútiles sus esfuerzos egoístas, pero como dice Albert Camus, la crisis puede ser lo peor del ser humano y el deber debe ser desplegar lo mejor de los valores de nuestra sociedad de modo resiliente y apostar por transformar esta pandemia en una oportunidad de avanzar.

Es el momento para impulsar realmente el uso de redes sociales y plataformas de redes para transformar la educación y el teletrabajo, modificando la necesidad de disminuir todo lo posible el impacto económico que puede causar la crisis de salud pública que nos envuelve.

Así como no se está escatimando esfuerzos para contener la propagación del Coronavirus de la mejor manera, eso debe estimularnos a pensar a largo plazo como recuperarnos económicamente de los efectos combinados de la pandemia y la desaceleración económica que ya venía golpeándonos.

Algunos empresarios solo hablan de despedir gente, de que les aligeren el costo del despido “por la crisis”, en lugar de aprovechar el momento para repensar su modelo de negocio con la única meta de superar juntos –trabajadores y empleadores- el mal momento que se viene para la economía panameña.

Tenemos un 7 por ciento de desempleo, nada raro sería que en un mes tengamos el 14 por ciento, con lo que se trastocaría todas las proyecciones públicas y privadas para 2020, no nos llamemos a engaño, hay que reaccionar, pero de modo creativo, porque de una caída del consumo difícilmente se salvarán las empresas, especialmente las pequeñas y medianas.

China, consciente de la situación, salió a apoyar a sus empresarios y trabajadores para sustentarlos durante la fase más dura de la crisis del Coronavirus, incluso su Banco Central pidió al sistema prorrogar la vigencia de la financiación a los pequeños empresarios para que las deudas no los ahoguen, porque tiene la ventaja de controlar la política monetaria, nosotros no, dependemos de la política fiscal y creatividad del Ejecutivo.

Estados Unidos, de acuerdo con un experto economista, tiene programas de apoyo a sus pequeñas empresas, Corea también, vale la pena seguir esos ejemplos rápidamente.

Que recomiendan los expertos, hacer el mejor esfuerzo y no atrasar los grandes proyectos de infraestructura ya contratados, pensar en un fondo de apoyo, como se hizo durante la crisis de 2008, para dar créditos blandos mientras se capea el temporal, lo que no se vale es dejarse arrastrar por el pánico y la inacción.

Estoy seguro que el mundo financiero le tendrá la mano a Panamá, una vez más, si encuentra un liderazgo firme y visionario, que contemple una rápida incorporación del teletrabajo incluso en el sector público y que los jóvenes aprendan de verdad con módulos interactivos, sesiones en la nube y demás herramientas que están disponibles y gratuitas, pero que también se propongan bancarizar agresivamente a toda la población económicamente activa a través de medios electrónicos.

Con tanto acceso a las telecomunicaciones, a la logística mundial, a los centros financieros globales, no tiene sentido que Panamá no transforme esta crisis de salud pública en una oportunidad para impulsar la reactivación, se tendrá que enfrentar sacrificios, así es, pero peor es no hacer nada, es hora de sacar la casta y decir como país ¡si podemos!