Estudio revela que Panamá enfrenta envejecimiento poblacional que impactará su economía
(Ciudad de Panamá-ANPanamá) Un informe del McKinsey Global Institute advierte que la disminución de la fertilidad y el envejecimiento de la fuerza laboral representan desafíos globales, afectando el crecimiento económico, los mercados laborales y las finanzas públicas. Panamá no es la excepción.
El estudio señala que aunque el país proyecta un crecimiento poblacional del 32% para 2100, el envejecimiento acelerado modificará la estructura demográfica. Para 2050, la relación de soporte el número de trabajadores por cada persona mayor de 65 años disminuirá significativamente, afectando la sostenibilidad del mercado laboral y el sistema de pensiones.
Entre 1997 y 2023, la productividad fue el principal motor del crecimiento económico de Panamá, aportando 2.9 puntos porcentuales anuales, mientras que la intensidad laboral sumó 0.1 puntos. Sin embargo, en las próximas décadas, el envejecimiento ejercerá una presión a la baja sobre estos factores, lo que obligará al país a buscar nuevas estrategias para sostener su crecimiento económico y nivel de vida.
El estudio recomienda que para mitigar los efectos de esta transición, Panamá debe implementar diversas estrategias como el Fomento de la productividad, es decir impulsar la innovación tecnológica y la capacitación laboral para mejorar la eficiencia del trabajo.
Panamá también debe incentivar la inclusión de mujeres y adultos mayores en el mercado laboral con programas de cuidado infantil y de adultos mayores. Igualmente en políticas migratorias, debe atraer talento extranjero calificado para cubrir brechas en sectores estratégicos y mantener el dinamismo del mercado laboral.
Mejorar los sistemas de pensiones, salud pública y planificación urbana para gestionar una población envejecida de manera sostenible.
El informe advierte que depender solo de una o dos soluciones será insuficiente. Se requiere una combinación de medidas estructurales para equilibrar la fuerza laboral, mantener el consumo y garantizar la estabilidad de las finanzas públicas.
Panamá, al igual que otras economías emergentes, enfrenta el reto de hacerse más próspero antes de envejecer. La capacidad del país para adaptarse determinará su competitividad y estabilidad en un mundo con una población cada vez más envejecida.