Más agua
Ha pasado desapercibido que el 1 de septiembre de 2022, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner de Argentina, sufrió un frustrado atentado contra su vida. En esa misma fecha, pero de 1977, el doctor Leopoldo Aragón Escalona, se inmola frente a la embajada de los Estados Unidos de América en Estocolmo, Suecia, en protesta por la firma de los Tratados Torrijos Carter.
Este acontecimiento histórico muchos panameños no lo recuerdan, pero es bueno recalcar que Aragón Escalona en su tesis doctoral, sustentada en una importante universidad española, aborda lo que significa para nuestro país todo lo relacionado con el funcionamiento de un reservorio de agua para el óptimo funcionamiento del Canal de Panamá, aprovechando la cuenca del río Indio. Los estadounidenses a través del cuerpo de ingenieros del ejército habían estudiado esa cuenca antes del inicio de la segunda guerra mundial, pero Aragón consideraba que el uso del agua por parte de los norteamericanos para la operación del Canal de Panamá, había que cobrárselo, debido a que este recurso natural es de Panamá.
Para conocer algo más de Aragón Escalona es saludable que los lectores conozcan que estando de viaje en agosto de 1972 en San José, Costa Rica, país gobernado en ese momento por un individuo que se denominaba enemigo de los gobiernos dictatoriales y dueño de la democracia; acostumbrado a decir: “Hay que luchar contra la instalación de los gobiernos militares en América Latina”, ordena su detención y deportación a Panamá, donde es encarcelado en “La Modelo”, incomunicado, torturado; sin juicio previo, y sin condena fue enviado a la isla penal de Coiba, por el gobierno “de facto” de nuestro país en esos años. Aragón era un profesional que se oponía abiertamente a la dictadura militar del Torrijismo.
Es bueno que tanto los políticos como los estudiantes de historia, geografía, y derecho consulten esta tesis, ahora que los diputados quieren imponer en el nuevo milenio otra nefasta quinta frontera con la explotación de la contaminante minería. Quieren llevar al país al desastre ecológico y transformar nuestro territorio en el pequeño Sahara de América Central. Que ironía, mientras los países vecinos apuestan por la preservación de sus bosques, nuestros gobernantes optan por su destrucción.
En una vieja canción interpretada por Héctor Lavoe pregonaba: “A un niño se compra con un dulce y con mentiras me robaste el corazón”, es con que el gobierno quiere vender la idea que con unos trescientos setenta y cinco millones de dólares de los ingresos que pagaría como regalía la empresa minera, ayudaría en sus pensiones a un sector considerable de la población pronto a jubilarse. No te dejes engañar. No le explican a la población que anualmente por efectos de la inflación, a) la moneda de curso legal en Panamá pierde valor adquisitivo, b) qué ocurriría con estos ingresos si el gobierno de los Estados Unidos para corregir los desequilibrios en su balanza de pago recurre a una devaluación del dólar, c) si el precio del metal que están explotando cayera al precipicio en el mercado bursátil, d) si las transnacionales decidieran sustituir la utilización del cobre por otro metal, e) quién paga el daño al medio ambiente. Con qué otra mentira tratará de engañar a los panameños.
Soy de opinión de que la Junta Directiva del Canal de Panamá debe solicitarles a los actuales gobernantes que se desempolve la ley 44 de 31 de agosto de 1999, que ampliaba la cuenca occidental de nuestro principal activo a un total de 552,761 hectáreas; la cual fue derogada por la ley 20 de 21 de junio de 2006, ¿Quién era presidente en el periodo 2004-2009? ¿Quién era el ministro de Asuntos del Canal? ¿Cuál era el partido gobernante en ese quinquenio? En mi concepto, va a existir un conflicto de interés porque estos mineros por su insaciable sed destructora son capaces de extender esta contaminante explotación hasta la orilla occidental del canal y lo más seguro es que la Junta Directiva del Canal declare que nuestro principal activo no se verá afectado. ¡Dios nos proteja!
Terminando con este tema, Panamá como país tropical cuenta con dos estaciones; la lluviosa y la seca, históricamente nuestro verano se ha extendido en forma cíclica provocando sequías. En 1950 la prolongada sequía afectó al sector agropecuario y también al funcionamiento del Canal. En octubre de 1957, la vía acuática se vio nuevamente afectada por el bajo nivel de lluvias; un artículo del 15 de octubre de ese año publicado por “El Panamá América”, recalcaba. “El lago Gatún va llegando a su nivel normal de agua, según se informó hoy en la Zona del Canal.
Hoy se midieron 84,39 pies, 0,05 más que ayer. Esta cifra representa 1.39 más del promedio de 83 pies, anunciado por los oficiales de la Zona en el pasado mes de junio. Si las aguas continúan subiendo, será posible suspender las restricciones a los barcos grandes y super tanques.”
En 1976, la operación del Canal se vio afectada por un agostamiento hasta tal extremo se rumoraba que se tenía pensado bombardear las nubes con yoduro de plata para que se aumentara el nivel de lluvia, en la zona de tránsito. Este fenómeno no debe asustarnos. En los últimos días medios noticiosos tanto nacionales como internacionales informan de largas filas de barcos por el Canal de Panamá para atravesarlo de un océano a otro, pero esas filas de espera siempre se han dado. Hay que recordar que cuando se le está dando mantenimiento a algunas de las esclusas a) provoca que dicho tránsito no sea fluido, b) la gran mayoría de la población de los panameños no recuerdan lo que significó la guerra de los seis días en 1967, entre Israel y los países Árabes, donde se paralizó por completo el cruce por el Canal de Suez; las naves para no bordear el cabo de Buena Esperanza, la opción estratégica era transitar por nuestro principal activo, aumentando considerablemente la demanda para transitarlo del Pacifico al Atlántico y viceversa. c) Cuando el Canal de Panamá estaba bajo la administración de los estadounidenses, de vez en cuando los prácticos de aquella época, que eran de esa nacionalidad, realizaban algunos conatos de huelga declarándose enfermos; estos casos provocaban un congestionamiento por el Canal. Un caso histórico a mencionar lo padeció David Stuart Parker cuando fue Gobernador de la ex Zona del Canal.
Siguiendo con el tema del agua en Panamá se ha tomado como todos los males que nos azotan, al famoso cambio climático, pero el cambio climático con sus desastres, es provocado por la irresponsabilidad del hombre y, en Panamá, nos hemos prestado para este desastre, al deforestar los bosques naturales del país. No contamos hasta el momento con una política de reforestación adecuada, en forma irresponsable se está dañando el medio ambiente, al verter los desechos industriales y residenciales en los ríos, quebradas y mar; esto afecta en forma negativa a nuestro ambiente y si hablamos de los químicos utilizados en las minas, el daño es peor.
Concluyendo, es oportuno preguntar a aquellos panameños que se consideran los ungidos para ser presidentes del país. ¿Qué medidas tomarán para librar al país del cáncer minero?
La población está en estos momentos en la misma encrucijada en que se encontraba el ex director de la Mossad, Meir Dagan, cuando afirmaba: “Tengo miedo de nuestros líderes, no tienen visión, ni misión”. Y peor aún, estamos dando el mismo grito que diera Pepe Mujica ¡Socorro!