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Octagésimo Séptimo Aniversario

Todo parece indicar que el octagésimo séptimo aniversario de inauguración de nuestra Primera Casa de Estudios pasó desapercibido; debió hacerse obligatoria la siguiente pregunta a todos los estudiantes pre graduandos y graduandos de las escuelas secundarias del país, deseosos de estudiar en la Universidad de Panamá: ¿Cuándo se fundó la Universidad de Panamá? ¿Dónde se iniciaron sus actividades académicas? Creo que esa información la desconocen muchos docentes, así como el resto de la población del país.

El 7 de octubre de 1935, se inauguró la Primera Universidad estatal de Panamá, fue una tarea digna de un mandatario de la altura del Dr. Harmodio Arias Madrid, acompañado de su primer rector el Dr. Octavio Méndez Pereira, profesor que tenía una dualidad de funciones, en horas del mañana rector en el Instituto Nacional y en la noche rector en la Universidad.

Un detalle importante que pasa desapercibido, fue la disminución de los tránsitos por el canal; en los años 1930,1931y1932; producto del “crac” de 1929. Se crea el Fondo Obrero y el Agricultor como una manera de frenar la galopante desocupación.

Faltando pocos días para celebrarse el primer aniversario   de la universidad   y de la toma de posesión del presidente electo Don Juan Demóstenes Arosemena, los estudiantes Vicente Bayard y Federico Velázquez, enviaron una carta a la Asamblea de Diputados solicitando la creación de becas para los estudiantes de limitados recursos con la finalidad que pudieran financiar sus estudios superiores; años después ambos educadores fundaron, el Instituto Justo Arosemena. En los años cincuenta de la pasada centuria, el profesor Bayard fue víctima de la caza de brujas que se desato en nuestro país, cuando fue director de la Escuela Normal de Santiago de Veraguas. El profesor Velásquez fue ministro de Educación en el gobierno de Don Ernesto de la Guardia, jugó un papel importante para conseguir la libertad de los arrestados por la policía zoneíta, en los incidentes de la siembra de banderas en noviembre de 1959. 

Paralelo a la solicitud de estos dos idealistas de la educación un grupo considerable de educandos entregaron una misiva al presidente la Asamblea Nacional de Diputados solicitando  la descentralización de la administración de la universidad; la autonomía universitaria, que la universidad pudiera  nombrar a su propio personal;  desarrollar investigaciones científicas, que estuviese  anuente al estudio de los problemas nacionales, elevar la cultura, y crear un fondo de becas para que pudieran ingresar aquellas personas de, limitados recursos, en este punto fueron sumamente exigentes, solicitando que el fondo de US$25,000,00 existente en las finanzas públicas para sufragar a  los becarios panameños que estudiaban fuera del país, se redujera  a la mitad y que la otra mitad fuese destinada a los estudiantes que ingresarían a la primera universidad del país. Lamentablemente los periódicos de la época no dieron a conocer el listado de los estudiantes que exigían dicha demanda.        

Al celebrarse el primer año de la Universidad Nacional, los dos principales periódicos del país en su nota editorial fueron bastante elocuentes con este templo del saber; a manera de ejemplo. El Panamá América, en su artículo de fondo, recalcaba en uno de   sus párrafos; “La Universidad tuvo que vencer la resistencia de la tradición y de las reacciones que salen al paso de todo progreso o toda reforma audaz, Pero ya están vencidas las primeras dificultades y todo hace esperar que la institución marchará con pie firme hacia el porvenir. Una buena biblioteca, laboratorios modernos, aulas amplias y, sobre todo, un profesorado bien reputado y competente, son los elementos que cuenta para esta marcha”. 

El Dr. Harmodio Arias Madrid en su informe a la nación en septiembre   de 1936; señaló:” No faltarán los pesimistas que le asegurarán corta vida por considerar que la república de Panamá resulta pequeño asiento para una obra cuyas proyecciones deben de ser y serán de magnitud, no faltarán los apasionados que por esa estrechez de miras que produce el ofuscamiento, aún en ciertos ánimos bien cultivados, le atribuirán una función limitada a este templo de ciencia que aunque modesto, aspira y llegará sin duda, a fines amplios y de elevada transcendencia”. 

Un detalle de importancia histórica que se truncó en el curso de verano de 1936, fue la mala noticia de que no iba a estar en Panamá el Dr. José Ortega y Gasset, quien era invitado para dictar una serie de conferencias cuyos temas tenían por título; “Razón Vital”. Eran un total de diez conferencias; el pago de inscripción o de matrícula era de diez balboas, o sea, un balboa por cada conferencia, con la ventaja de que las personas que pagaran por el total de los ciclos de las conferencias gozarían de un descuento de veinticinco por ciento. Estas conferencias serían   abiertas para la población en general, entre los primeros matriculados se encontraba el primer ciudadano de la nación. La no realización de estas disertaciones se debió, más que nada, al estallido de la guerra civil española.

 La amnesia histórica ha tratado de que se olvide que en febrero de 1968, nuestra primera universidad graduó a 494 profesionales de todas las ramas, muchos de los cuales tuvieron una participación importante como profesionales y de igual manera en la política nacional. A los pocos días de iniciarse ese año, el Dr. Bernardo Lombardo fue condecorado por el gobierno francés, con la Orden de la Legión de Honor en Grado de Caballero; muchos de los graduados en nuestra Universidad eran becados para que asistieran a la Universidad de Burdeos, Francia a especializarse.

El año de 1968, fue político, el presidente electo Dr. Arnulfo Arias había prometido en su plan de trabajo la creación de la escuela de médicos veterinarios y que participaría en la solución de los programas económicos, a los pocos días   fue derrocado, por los militares.

Transcurrido más del mes de la interrupción democrática; en la universidad se celebran elecciones para escoger al nuevo rector, la contienda fue entre el Dr. Carlos Iván Zúñiga y el Dr. Bernardo Lombardo, este último logró reelegirse al ganar por un estrecho margen. La represión militar fue drástica para con los dirigentes estudiantiles universitarios, pero hasta último momento antes de su cierre, el Dr. Lombardo luchó para conseguir la liberación de los universitarios encarcelados; no lo logró; los militares sabían que la universidad era una fuente de luz para el país, su propósito era que existiera oscuridad. 

A qué se debe que después del golpe de estado con sus cincuenta y cuatro años; no se ha reorganizado la Unión de Estudiantes Universitarios, qué ha ocurrido que la universidad ya no cuenta con selecciones deportivas   representativas en torneos nacionales de futbol y baloncesto, como los hubo en años anteriores. La universidad debería de estar en la Liga panameña de Futbol, como mínimo. ¿Por qué el Gimnasio universitario está cerrado? ¿Qué sucedió con la maratón anual de aniversario?  ¿Existe un gimnasio o un galpón universitario? ¿Existe una cancha de futbol o un criadero de mosquitos? ¿Qué ocurrió con los concursos literarios de la Vicerrectoría de Asuntos Estudiantiles? ¿La universidad cuenta con unas excelentes bibliotecas y una magnifica librería?  ¿Cuántos convenios ha firmado la Universidad de Panamá? ¿Con quienes lo ha firmado? Es bueno preguntar, la Universidad de Panamá firmo un convenio de donación de sangre con el Ministerio de Salud. ¿Cierto o falso? ¿Por qué no se renovó? A sabiendas de que el mismo favorecía enormemente a los estudiantes egresados de las Facultades de Medicina, Enfermería, Farmacia y Ciencias Naturales y Exactas. Por qué se desaprovechó las ventajas comparativas, costos de oportunidades y relación beneficio costo que dispensaba dicho convenio. 

Si por las secuelas económicas que ha producido la pandemia ha incrementado la demanda de estudiantes para ingresar a la primera universidad estatal, se ha pensado en programar y planificar dar clases en los veranos, como se hacía en décadas pasadas. En qué piensan nuestras autoridades.   Otra cosa es que nuestra universidad debe preparar un Plan Quinquenal para sacar al país del caos al que lo están llevando aquellos neoliberales enquistados en todos los gobiernos para que no sigan diciendo que la crisis del país se debe a la Covid-19 y a la guerra de Rusia contra Ucrania.    

La universidad necesita de prestantes figuras como lo fueron los doctores; Octavio Méndez Pereira, Jepta Duncan, Jaime de la Guardia, Narciso Garay, Bernardo Lombardo, Rómulo Escobar Betancourt, y Carlos Iván Zúñiga. El actual rector lamentablemente no está a esa altura.

A manera de conclusión, el país necesita que se incremente el número de profesionales graduados en la primera universidad del país, para salir del subdesarrollo cultural, político y económico. Seguir los lineamientos de Malcon X. “El futuro pertenece a quienes se preparan para el hoy”.